Camino largo
¿Sabes qué es molesto? Hacer cosas que no te gustan.
¿Sabes qué es peor? Que estés obligado a hacer esas cosas que odias.
Pero ¿Sabes que podría llegar a ser el infierno en la tierra? Los últimos 15mins de tu clase más odiada.
Esos 15 minutos que se sienten como 6 años, que te hacen querer ahorcarte y acabar con tu sufrimiento.
¿Ya me entendiste? Entonces entendiste a Nikola.
La chica respiraba profundo y pasaba su vista de su reloj a su celular, de su celular a la pizarra, de la pizarra a la puerta y repetía el proceso.
15 minutos.
Eso era lo que faltaba para declararse oficialmente de vacaciones de verano.
No más tareas, no más trabajos, no más exposiciones, no más pruebas… Solo 15 minutos más y oficialmente era libre durante tres meses seguidos.
La profesora de física hablaba, pero Nikola solo tenía su atención en que el reloj se moviera más rápido y acabara con su tortura de una vez por todas; en serio quería irse.
Y entonces pasó.
Luego de lo que se sintió como tres eternidades –ni siquiera una– el timbre que daba por finalizadas las clases hasta el próximo año había sonado.
La emoción de Nikola no cupo en su ser, por lo cual no midió sus acciones, tomando su mochila y caminando sobre las mesas para evitar a toda la banda de idiotas de su clase para salir primera.
— ¡Kittel!, aprenda a… —.
Pero los gritos de la anciana se hicieron lejanos mientras Nikola corría con fuerza hacia la salida de su escuela.
Dejó atrás las paredes blancas y los lockers azules que tan monótonos y molestos le parecían hasta que salió de la escuela deslizándose por la baranda de las escaleras de salida.
Al estar fuera de la institución, corrió con más fuerza hasta una camioneta de color blanco, en la cual Thomas la esperaba.
El chico de 26 años revisaba su celular mientras esperaba la salida de su chica, pues había prometido ir por ella su último día.
Y ahí estaba.
Nikola tocó con insistencia la ventana del auto, haciendo que el castaño riera y liberara los seguros, por lo cual la chica se subió al instante y, luego de cerrar la puerta, tomó la osadía de estampar sus labios con los del chico.
Thomas sonrió y sin dudarlo correspondió a su beso. Si bien era cierto que aquello era un poco arriesgado pues podían verlos, ninguno de los dos pensó en eso en aquel momento; lo único que importaba era el alzado beso que estaban disfrutando.
Aquel par tenía un tiempo saliendo a escondidas, actuando como seres distantes frente a el mundo, pero demostrándose lo mucho que se amaban y lo poco que le importaba la edad a sus corazones.
— Alguien viene de buen humor — comentó Thomas con burla, haciendo que Nikola solo riera y dejara un beso en la mejilla del chico antes de sentarse como debía en el asiento de copiloto — ¿Qué tal tu día? — cuestionó el chico encendiendo el auto para luego alejarse de la escuela de la chica y dirigirse a la casa de la misma.
— No tengo más clases, oficialmente soy libre y ya puedo pasar todo el tiempo que quiera contigo — dijo la chica mirando a Thomas con una sonrisa — Créeme cuando te digo que este día no puede mejorar más —.
— Eso está por verse — murmuró el chico para sus adentros, haciendo que Nikola alzara una ceja.
— ¿Qué tramas? — inquirió curiosa la muchacha, haciendo que él sólo riera.
— Yo nada — respondió encogiéndose de hombros y aprovechando el semáforo en rojo para ver a la chica y mover la cabeza a un lado — Pero necesito que dejes la ventana de tu habitación abierta y te prepares para esta noche… Oh, y ponte tus gafas — informó el chico arrancando de nuevo — Te ves mejor con gafas que con lentes de contacto —.
— Okay… — susurró la chica y por instinto se miró en en espejo retrovisor del auto. La única razón por la que usaba lentes de contacto era porque todos pensaban que con sus gafas azules parecía una «nerd» y una «geek», y si bien era cierto que adoraba investigar y tenía gran admiración por los cómics, el Manga y el Anime, odiaba que los demás chicos se burlaran de ella por eso.
— Hey — Thomas detuvo el auto fuera de la casa de la chica y la miró por un momento — Sé lo que estás pensando y no, no eres ni nerd ni geek por usar tus gafas… La verdad te ves adorable con ellas, por eso te dije que las usaras —.
Nikola solo se dio la vuelta, y con una media sonrisa abrazó al chico como pudo y este correspondió al abrazo sonriendo.
— Te quiero, Thomas — susurró la chica antes de apartarse y dejar un rápido beso en la comisura de los labios del chico — ¿Necesito usar vestido o algo así? — cuestionó haciendo referencia a la cita mencionada por el chico, produciendo que Thomas negara.
— Usa lo que te haga sentir cómoda — enunció sonriendo, y luego de eso Nikola bajó del auto y Thomas siguió hasta su casa, la cual era justo al lado de la casa de la chica.
Nikola sonrió como una boba enamorada antes de entrar a su casa, donde pasó toda la tarde pensando en lo que sucedería aquella noche.
.XXX.
Aquella noche Nikola a penas podía controlar y disimular su emoción, haciendo que caminara de lado a lado esperando al chico.
Eran al rededor de las 7pm cuando comenzó a arreglarse.
Y por «arreglarse» realmente se refería a buscar qué ponerse.
Eran al rededor de las 8:30pm cuando finalmente, luego de revolver su closet unas 9 veces, decidió qué usaría.
Recogió su cabello oscuro en una coleta alta, tomó su camiseta favorita de «Death Note» y sobre esta se puso una chaqueta amarilla (regalo hecho por Thomas luego de haber perdido una del mismo color) junto a unos jeans negros y su confiable par de Vans blancas.
Justo cuando terminó de atar sus trenzas, una pequeña roca entró por su ventana.
«Es hora»
Nikola no pudo evitar reír ante la manera en la que el chico había llamado su atención, pero luego tomó su celular y su cartera para asomarse en la ventana y ver al chico haciéndole una seña para que saliera.
Estaba a punto de irse cuando recordó un ligero detalle.
Entró al baño de su habitación y se lavó las manos antes de proceder a quitarse sus lentes de contacto y tomar sus gafas azules para ponérselas.
Se miró en el espejo unos segundos y no pudo evitar sonreír de lado.
Esa era ella.
Esa era la versión de ella que Thomas amaba.
Y la verdad le encantaba.
Nikola se asomó por la ventana nuevamente ya usando sus gafas y bajó por las escaleras de emergencia junto a la ventana, cosa que hizo a Thomas pensar en lo loco pero afortunado que era.
Al llegar junto al chico, Nikola besó al castaño como de costumbre, y al apartarse, la chica no pudo evitar sonreír mirando a Thomas, quién no pudo evitar la sonrisa de sus labios.
— ¿Lista? — inquirió el joven mirando a la muchacha, quien asintió con la cabeza para luego acomodar sus gafas — Entonces ven conmigo — invitó extendiendo su mano, la cual Nikola tomó sin quejarse.
Los dos caminaron hasta el auto de Thomas, y al subirse él le quitó las gafas a ella.
— ¡Oye! — se quejó Nikola sin poder ver nada.
— Es eso o que te vende los ojos — negoció el chico, instantáneamente Nikola dejó de patalear, pues para ella no había cosa más aterradora e incómoda que usar una venda en los ojos.
¿Claustrofobia? No ¿Mucho Anime y películas? Tiene más sentido.
Thomas conducía por las calles de aquella ciudad alumbrada con varios faroles y luces por doquier; disfrutando del leve sonido que le brindaba la radio y las insistentes preguntas de Nikola como «¿ya llegamos?» «¿adonde vamos?» «¿Qué intentas?».
Luego de una hora y media manejando, Thomas manejó hacia las afueras de la ciudad para adentrarse en un bosque alejado del ajetreo de la ciudad.
Al llegar a su destino de la noche, Thomas bajó del auto y le abrió la puerta a Nikola, aún sin darle sus gafas.
— ¿Ya me puedes dar mis gafas? — cuestionó la chica con los ojos cerrados, Thomas negó.
— No todavía — dijo cargándola, haciendo que un suspiro de sorpresa trepara por la garganta de la chica — Aún no hemos llegado — informó comenzando a caminar con la chica en brazos, quién se aferró a el muchacho como si su vida dependiera de ello — No te preocupes — susurró él en su odio — Yo jamás te dejaría caer —.
De cierta forma, Nikola se sintió un poco mejor con aquello, haciendo que su agarre aflojara.
Luego de lo que se sintieron como unos 5 minutos caminando, oficialmente habían llegado adonde Thomas deseaba.
Lo primero que percibió fue el olor a tierra mojada y a naturaleza en su más puro ámbito, sin olor a gas ni humo… También pudo percibir silencio total, solo unos cuantos grillos y el crujir de las hojas con el pasar del viento.
Al dejar a la chica en el suelo, esta pudo sentir como había una gran cantidad de pasto bajo ella; quería ver adonde estaban de una vez por todas, pero debido a la oscuridad y a la falta de sus gafas, solo veía un montón de manchas entre verde oscuro, negro y… ¿Amarillo?.
Al ponerse sus gafas pudo ver con claridad donde estaban.
Nikola estaba en medio de un bosque rodeado por enormes y frondosos árboles. Frente a ella, una manta de cuadros azul rodeadas por alguna que otra vela.
— Estamos en el medio de la nada — murmuró la chica antes de ver a Thomas, quién no pudo evitar reírse un poco — ¿Qué intentas? — cuestionó con curiosidad. El chico sólo se encogió de hombros.
— Hace unas semanas habías dicho que querías salir de la ciudad por un tiempo, solo disfrutar de buena compañía y el silencio de algún lugar apartado de la sociedad… — comentó vagamente, haciéndole ver a Nikola que él en serio prestaba atención a lo que ella decía — Y si yo cuento como buena compañía, técnicamente esto se acerca bastante a lo que querías — finalizó mirando a la chica con una sonrisa.
— Thomas, eres… — la chica solo negó divertida y lo abrazó con fuerza. Iba a decirle que era un tonto por llevarla allí sin que pudiera ver nada, pero aquello lo compensaba.
El chico correspondió al abrazo con una sonrisa antes de esconder su cara en el hueco del cuello de la chica, aspirando ese aroma a rosas que solo ella desprendía. Sin duda uno de sus olores favoritos.
Luego de apartarse de ese abrazo, Nikola se sentó sobre la manta tendida en el suelo, mientras que Thomas tomaba su guitarra, la cuál estaba recostada de un árbol.
— ¿Qué sabes tocar? — preguntó la chica luego de que Thomas se sentara junto a ella, él sólo la miró.
— Dime que te gustaría escuchar y déjame el resto a mi — dijo sonriendo.
— Sorpréndeme —retó la muchacha apoyando parte de su peso en sus manos, dispuesta a escuchar al chico.
Thomas pensó por unos segundos qué canción tocar, y luego de llegar a una conclusión, comenzó a hacer algunos acordes en su guitarra para entonar una de las canciones con las que más se sentía identificado.
— I don’t know if we should be alone together
I still got a crush, that’s obvious
If nobody’s around, what’s stopping us?
Everywhere I go you show whatever
I don’t ever mind sharing oxygen
I just wanna get lost in your lungs…
Just a baby, but she’s growing up so fast
And I’m allergic to the waiting…–.
Thomas tocaba y Nikola escuchaba maravillada. Nunca había escuchado al chico tocar guitarra ni mucho menos cantar, pero haberlo hecho por primera vez allí, en ese momento, a la luz de unas tenues velas y las estrellas con esa canción específicamente no tenía precio alguno.
Con el paso de la melodía Nikola comenzó a tararear en voz baja y a seguir la letra con una sonrisa que amenazaba con salir.
Al finalizar, Nikola aplaudió con una sonrisa y Thomas solo bajó la vista riendo. Nadie sabía del talento del chico… Hasta ese momento.
— No sabía que te gustaba The Neighborhood — comentó con gracia la muchacha antes de recostar su cabeza en el hombro de Thomas, quién se limitó a sonreír y seguir haciendo algunos acordes al azar para ambientar un poco el lugar.
— No sabía que cantabas — respondió el chico haciendo que Nikola sonriera sonrojada y cerrará los ojos por un momento.
— No canto… Solo es ocio — respondió la muchacha de cabello fantasia, haciendo que Thomas riera.
— claro — dijo de manera sarcástica mientras comenzaba a tararear una canción en voz baja — let’s skip the day, let’s run away, don’t let the color fade to gray… —
— cantas genial — susurró la chica con una media sonrisa mientras disfrutaba de la suave melodía que la voz del chico y la guitarra emanaban.
Muchos llegarían a pensar que dos jóvenes a solas en el medio de un bosque sin nadie que los molestara llegarían a otros límites bastante avanzados… Pero entre ellos no fue así.
Ni Thomas ni Nikola necesitaban de morbo para disfrutar de momentos como aquellos.
Un par de velas, la luna y los pocos insectos que cruzaban por el bosque aquella noche fueron los únicos testigos de aquella cita tan simple pero especial para los chicos. Habían encontrado un lugar, su lugar.
Un lugar donde nadie podía meterse con ellos.
Esta es nuestra realidad loca y estúpida. Solo tú y yo.
— Thomas… Mira —.
El chico salió del pequeño letargo en el que había entrado al haberse quedado viendo a la chica para luego dirigir su vista hacia donde Nikola señalaba.
Luciérnagas.
Miles de animalitos brillantes iluminaron la copa de los árboles y comenzaron a volar en distintas direcciones, brindándole un espectáculo hermoso y perfecto para los jóvenes.
Sabemos que esta es la forma en la que debe ser.
.XXX.
Luego de unas horas en las cuales las canciones, los besos y el afecto sobraron, Nikola miró la hora en su celular.
3:15am.
Habían pasado toda la noche en aquel bosque.
— Tenemos que irnos — musitó la chica sentándose para ver a Thomas, pues segundos antes estaba cómodamente acostada en las piernas del chico.
— ¿Te vas a meter en problemas si nos quedamos un rato más? — al notar el asentimiento de la chica, Thomas suspiró derrotado y se levantó de la manta antes de tenderle la mano a Nikola para ayudarla a levantarse.
Luego de recoger las cosas que tenían allí, los jóvenes se encaminaron hacia la camioneta para volver a su hogar, y camino a la misma la chica decidió encender la radio.
— ¡Amo esa canción! — exclamaron los chicos al mismo tiempo y luego de reírse ante aquella casualidad, Thomas le subió volumen a la canción mientras ambos cantaban a todo pulmón.
—She’s a rebel
She’s a saint
She’s salt of the earth
And she’s dangerous
She’s a rebel
Vigilante
Missing link on the brink
Of destruction
From Chicago to Toronto
She’s the one that they
Call old whats her name… —.
Alcanzando cada luz roja,
Besándonos en las señales de alto,
Green Day en la radio…
Luego de un viaje de casi tres horas, los chicos finalmente habían llegado a su destino, y después de una despedida excesivamente dulce, cada quién tomó camino a su respectivo hogar.
En el día, cuando Nikola bajó las escaleras para desayunar, la sonrisa en su rostro era imposible de disimular. Y a pesar de que sus padres no preguntaron qué sucedía, ambos estaban consientes de que el buen humor de la chica no era de gratis… Solo ella sabía qué mantenía su humor de aquella manera, y de verdad lo amaba…
Los días pasaron, y de vez en cuando Thomas y Nikola iban de nuevo «al medio de la nada», donde pasaban horas entre juegos y canciones.
Una tarde en la que los padres de Nikola se fueron de viaje debido a su trabajo, la chica sonrió para si antes de teclear un mensaje a Thomas, el cual fue respondido casi al instante.
Bae💕
Online
Llévame de regreso al medio de la nada…
a ese lugar que solo tu y yo compartimos.
Tus deseos son órdenes, princesa.
La chica sonrió para sí antes de subir a su habitación y tomar su mochila para meter unas cuantas cosas dentro… Aquella noche no dormiría en casa, probablemente porque tomarían el camino largo a casa
Ahora estamos atascados en el medio de la nada
Y no hay nada que no podamos conseguir
Escondidos en un sueño
Y tu sabes que nunca te dejaría caer
Hasta que salga el sol
Podemos tomar esta ciudad
Y podemos pretender
Que vivimos en la escena de una película
Pero ambos sabemos que esta es la forma en la que debe ser…
🍁🍁🍁
Canciones citadas:
🍒Single — The Neighborhood
🍒 Never Be — 5 Seconds of summer
🍒She’s a rebel — Green Day
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