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Ángel

Ángel

Tu ángel es rubio,
El mio es pelirrojo.

Tu ángel tiene los ojos azules,
El mio tiene unas gemas grises.

Tú ángel tiene unas hermosas alas blancas con un resplandor digno de admirar,
El mio solo tiene una mochila llena de pines colgada al hombro.

Tu ángel podría llamarse Gabriel, Miguel, Uriel…
El mio se llama Kiev.

Si, como la capital de Ucrania. Sin duda es un nombre espectacular…

Recosté mi cabeza del casillero al ver al hermoso y perfecto chico de cabello rojizo pasar esquivando alumnos con la cabeza completamente sumergida en alguno de sus miles de sketchboks mientras movía su mano izquierda con un lápiz sobre el papel de manera hábil y elegante.

Dios, que sea para mi o no sea de nadie.

Se perdió entre la ola de alumnos y eventualmente el timbre que daba por iniciadas las clases resonó en mis oídos con más fuerza de lo normal antes de que tomara mi cuaderno y me dirigiera con bastante calma y alegría al salón de matemáticas.

Cabe destacar que no estoy siendo sarcástico. En serio amo los números.

Ya va ¿En qué estaba?.

Ah, aja.

Caminé, llegué a mi aula de clases, y luego de reírme de las quejas de mis compañeros de curso por tener que estar -según ellos- obligados a ver una materia tan aburrida y tan extensa como lo eran las matemáticas, caminé directo al asiento que estaba vacío junto al retraído y tierno chico de piel albina y cabello oscuro.

— Hola, Yvez — saludé pronunciando mal su nombre de manera intencional solo para escuchar ese hermoso tono de voz que me parecía excesivamente tierno.

— Es Kiev — murmuró el pelirrojo de manera breve subiendo la cara para verme solo un segundo antes de volver su vista al cuaderno que tenía y donde reposaba un dibujo que a penas era un montón de rayas de lápiz sin sentido, pero que estaba seguro que en cualquier momento serían una pieza de arte hermosa.

— Cierto, como la ciudad — traté de sacar tema de conversación mientras «fingía desinterés» — ¿Por qué te llamas así? ¿Tus padres vienen de allá? — pregunté buscando que hablara o dijera algo, mas su reacción inmediata fue encogerse de hombros antes de mover su cuaderno a un lado y seguir dibujando por una de las esquinas. Mordí mi labio inferior buscando algo que pudiera usar para que el chico hablara — ¿Desde qué edad dibujas? — cuestioné buscando que al menos soltara un par de palabras.

— Sariel —.

— Sabes que no me escapo de tus clases —.

Miré al profesor de matemáticas, quien subió la vista para verme y luego reír para sus adentros y seguir pasando la lista como si nada para luego empezar su clase de manera habitual, produciendo que mi compañero de banco dejara de lado su libreta llena de dibujos y sacara su cuaderno de apuntes para dicha materia.

— Entonces, la semana pasada nos quedamos en que… —.

El señor Burrows hablaba, pero mi mente estaba localizada en ver todos los movimientos de Kiev. Su manera de suspirar al no entender algo, como mordía su labio inferior a la hora de escribir, cómo rodaba los ojos al ver el costado de su mano llena de tinta de bolígrafo…

— Tira, ¿cuál es el resultado? —.

— ¿Perdón? —.

Mi vista viajó con velocidad a la pizarra para ver de qué hablábamos, y en ese momento agradecí ser un «dotado» para los números y para poder responder sin haber prestado ni un mínimo de atención.

— 5 raíz cuarta de… — achiné los ojos para sacar la cuenta rápidamente y luego responder — 27y sobre 43 —.

— Maldito gay de mierda — escuché murmurar a una chica un par de bancos adelante.

— Este gay puede pasar de grado sin necesidad de ser un pre-pago — respondí con toda la tranquilidad del mundo. No me molestaba que la gente se metiera con mi orientación sexual, pero me sacaba de quicio que todo lo que hacía, bueno o malo, fuera atribuido a eso. Simplemente no lo pasaba.

— ¿Eres gay? — escuché un susurro bastante débil a mi lado, pero lo suficientemente alto como para que llegara a mis oídos sin problemas.

— ¿Te molesta? — cuestioné mirando a Kiev sin querer sonar brusco, solo buscando obtener la respuesta al respecto; para mi suerte, el chico negó al instante antes de bajar la vista sonrojado y copiar la ecuación que estaba en la pizarra y haciendo que me derritiera de ternura al ver sus mejillas pálidas tomar ese color carmín que solo puedo apreciar en las hebras de cabello rojizas oscuras que caen de manera rebelde sobre su cara — Cómo me gustaría que estuviéramos juntos — murmuré sin notar que estaba pensando en voz alta, haciendo que el muchacho abriera los ojos de par en par y saliera del aula sin decir palabra al profesor.

— Señor Burrows, voy a… —.

— Solo anda, Sariel —.

Sonreí mirando al hombre canoso antes de correr tras Kiev, quien caminaba de un lado a otro mientras pasaba sus manos por su rostro y cabello. Como si le hubiesen dicho que tenía algún tipo de enfermedad terminal que no tenía cura alguna.

— Hey — me acerqué al pelirrojo y este me miró con pánico asomado en sus ojos cristalinos — Si fue por lo que dije en clase… —.

— Solo — un suspiro rápido trepó por sus labios sonrosados, como si necesitara prepararse para decir algo — Aléjate de mi —.

— Vamos, Kiev, solo fue un… —.

— No lo entiendes — dijo, y por primera vez en mi vida pude escucharlo hablar sin titubeos ni pausas más de una palabra seguida — Mis padres van a ahorcarme y colgarme de adorno en la puerta de su casa si se enteran que me gusta un chico y resulta que yo le gusto a él y… —.

Ya va, pausa, momento, dame un respiro.

¿Estoy loco o acabo de escuchar a Kiev decir «me gusta un chico y resulta que yo le gusto a él»?

No,

Estoy bastante seguro de oír eso.

— Kiev, para un momento — el discurso acelerado del chico se detuvo al instante al escucharme — Yo… ¿Te gusto? — cuestioné mirando a los lados del pasillo y asegurándome que no estaba soñando.

— ¿Qué? ¡No!, no no no, para nada, yo nunca estaría con…—.

Y pensando que sería lo mejor, me acerqué a él y pegué mis labios a los suyos. Disfrutando ese leve aroma a dulces que emanaba el chico de cerca y disfrutando de la textura suave y esponjosa de aquellos labios que moría por probar.

Pero un empujón me hizo salir de mi trance al instante.

— Esto está mal… Muy mal — murmuró el chico bajando la vista sin saber qué hacer o cómo reaccionar.

El amor es bastante lindo como para tenerlo escondido en un closet — murmuré tomando su mano y acercándolo a mi un poco — No debes avergonzarte por quién eres, Kiev. Eres un artista extremadamente talentoso, inteligente y tierno ¿Qué importa con quién salgas? Vale mucho más quién eres por ti mismo que la persona que decida acompañarte. Sea hombre o mujer —.

— No lo entiendes — susurró el chico negándose a mirarme — Si mis padres se enteran… —.

— Van a seguir amándote como nunca. — dije mirándolo parpadear un par de veces
— Siempre vas a poder contar con ellos para lo que sea, incluido esto — murmuré tomando su mentón para hacer que subiera la cara y darle una sonrisa — Que no te de miedo mostrar tus verdaderos colores — susurré acercándome a él lentamente antes de volver a besarlo.

Y lo mejor del caso es que esta vez no hubo ningún empujón que me apartara de él.

La única decisión que tomé fue la de ser yo mismo.

Dos semanas después

— No hagas eso —.

— Lo siento — dije riendo y parando de esparcir besos en el cuello del chico, pero si dejé mi cabeza reposar sobre su hombro y pasé mis brazos por su cintura mientras lo veía revisar en sus sketchbooks algo desesperado — ¿Qué buscas? — cuestioné sin tener idea de qué era tan importante para él.

— El dibujo que hacía el día que… — sin poder hablar debido a la… ¿Pena? ¿Vergüenza? ¿Incomodidad? ¿No saber qué palabras usar?. No lo sabía, pero se limitó a señalarnos. Haciendo que yo me riera y él solo frunciera un poco el ceño — Puedo jurar que lo terminé y que… Aquí está — dijo finalmente antes de mostrarme la hoja de la libreta con una sonrisa de orgullo.

Definitivamente me llevé la lotería de 30 millones de dólares con este chico.

El dibujo era una verdadera pieza de arte. Se trataba de una inocente imagen de dos chicos teniendo un plácido sueño. De verdad amo a este chico.

— Te quedó increíble — admití impresionado antes de querer darle un beso en la mejilla, pero no contaba con que Kiev se daría la vuelta para verme y acabaría dejando un casto beso en sus labios.

Seamos honestos, me gustó más ese resultado.

Tu ángel probablemente negaría una relación como esta,
Tu ángel seguramente tiene algún «error humano» que lo hace ser como el resto.

Pero mi ángel es único. Y bajo ningún concepto lo cambiaría por «algo del montón».

🎀🎀🎀

Happy PrideMonth 🌈

Mejor Amigo

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Mejor Amigo

28/09/2008 (7 años)

— Mami, ¿no podemos volver a mi vieja escuela? —.

El pequeño Dawson arrugó la cara viendo la imponente estructura que se alzaba frente a él.

No quería entrar a una nueva escuela.

Menos un primer grado.

— Lo vas a hacer genial, cariño — animó la madre del niño dando un beso en su frente con una sonrisa — Eres el chico más inteligente de todos, no dejes que un simple cambio de desanime —

— Gracias mami — murmuró el niño sonriendo antes de abrazar a su progenitora para luego tomar su mochila y su muñeco de Spider-Man, el cual su madre había tenido en la mano durante todo aquel tiempo.

Dawson volvió a mirar hacia su nueva escuela y vio a una profesora haciéndole señas para que se acercara a ella, y luego de darle un último abrazo a su madre comenzó a correr hacia la joven que lo esperaba.

— ¡Hola! — saludó la chica de unos 23 años con una sonrisa — Soy Holly, y tú debes de ser Dawson — el niño asintió con la cabeza y la chica le ofreció su mano para que el niño la tomara — Ven conmigo —

Ambos caminaron a la par hasta llegar al aula correspondiente del muchacho, y al estar frente a la puerta, Dawson tomó su muñeco con algo de fuerza.

— Vamos, entra — invitó Holly abriendo la puerta del salón; y sintiendo algo de miedo el chico pasó.

Habían muchos chicos sentados en varias mesas, tantos que el pobre niño de tan solo 7 años no sabía adonde sentarse, por lo que se mantuvo parado en una esquina del aula.

— ¡Oye, Chico-Araña! — Dawson subió la vista de su muñeco y vio una mesa vacía, en la cual estaba un solo niño que le hacía señas para que se sentara con él.

Dudando un poco, el chico pasó entre los demás niños para sentarse con el que le había hecho señas para que se sentara con él.

— ¿Cómo te llamas? Yo soy Ashton — preguntó el chico rubio con… ¿Ojos de colores distintos?.

El niño de nombre Ashton tenía un ojo negro y uno gris… ¿Eso se podía?.

— ¿Qué le pasó a tus ojos? — preguntó el chico con algo de curiosidad e intriga. Era la primera vez en su vida que veía a alguien así.

— Ese es un nombre muy… — Dawson alzó una ceja ante lo dicho y Ash cayó en cuenta de que ese no era el nombre del desconocido — ¡Ah! Me estas preguntando por lo de mis ojos. Eso tiene más sentido — Dawson movió su cabeza hacia un lado sin entender ¿quién se llamaría Que Le Pasó A Tus Ojos? No tenía sentido — Tengo hetero… ¿Cranía? No, no era cranía — el niño frunció un poco el ceño, tratando de recordar el nombre que recibía la condición de sus ojos — Ay, no me acuerdo — concluyó Ashton negando con la cabeza — Es hetero-algo, pero estoy seguro de que no te lo puedo pasar, así que tranquilo — explicó el chico y puso sus brazos sobre la mesa — Pero dime ¿Cómo te llamas? —

— Soy Daw… Dawson — murmuró el chico con la vista fija en el nuevo niño.

— un gusto Daw… Dawson — sonrió Ashton y el chico frunció un poco el ceño, haciendo que Ash se riera —Esta vez fue broma —aseguró riéndose un poco —Yo sé que es solo Dawson —después de escuchar lo dicho, el mencionado solo asintió lentamente con la cabeza.

Y ese fue el día que comenzó todo.

XxX.

19/04/2011 (10 años)

no importa que tan molesto esté contigo, aún así escondería un cadáver por ti.

— ¡Eso es trampa! —.

Ashton comenzó a reír escandalosamente mientras Dawson le reclamaba con el ceño fruncido que lo hecho por el chico había estado mal.

— ¡No puedes comenzar el juego con tres cartas iguales, es trampa! — chilló el chico molesto mientras Ashton comenzó a ahogarse un poco con su saliva gracias al ataque de risa que le estaba dando.

— Ayuda — susurró el chico mientras reía — Esto es demasiado bueno — murmuró aún riéndose mientras Dawson negaba con la cabeza y lo miraba con los ojos achinados.

— Esto es estafa — dijo el chico negando con la cabeza.

— Ni siquiera me da risa porque estés molesto – dijo Ash luego de haberse calmado un poco — Me da risa el hecho de que realmente no puedes molestarte conmigo — explicó riendo levemente para luego respirar profundo y evitar así seguir riéndose.

Mi di risi pirqii si qii ni piidis milistirti cinmigi — remedó Dawson mientras recogía las cartas y las barajaba para volver a jugar otra ronda.

— Si llego un día como el chico de CSI y te digo que necesito que me ayudes a esconder un cuerpo ¿Lo harías? — cuestionó Ashton alzando ambas cejas.

No dudaría en tomar esa pala y cavar 10 metros de profundidad,
Además, juro por dios que no le diría a nadie.

— tal vez — murmuró el chico y comenzó a repartir las cartas, solo para molestar a su amigo; pues los dos sabían a la perfección que la respuesta era un rotundo si.

til viz — se burló Ash antes de tomar sus cartas para seguir jugando.

. XxX.

03/10/2014 (13 años)

Incluso cuando estás enfermo, no tengo miedo a acercarme a ti.

— ¿Estás bien? —.

Ashton se hallaba postrado en su cama con un montón de pastillas y trozos de papel a su al rededor.

Luego de una pequeña batalla de barro bajo la lluvia e ignorar a su madre, el chico de ahora 13 años se hallaba con una virosis bastante fuerte; a penas tenía fuerzas para moverse.

— Te traje galletas de «Ricky’s» — susurró Dawson agitando la bolsa de la pastelería a una cuadra de la casa de Ashton — Ricky me dijo que habían dos galletas extra de chocolate como regalo… Para que te mejores —.

— ¿Sabías que realmente Ricky se llama Sergio? — cuestionó el rubio sentándose con algo de esfuerzo en la cama. Le dolía absolutamente todo — Solo que dejan que lo llamen Ricky porque… —

— La pastelería se llama Ricky’s — completó Dawson abriendo la bolsa y sacando dos galletas de chocolate de esta — Lo sé — dijo para luego tenderle una galleta mientras se sentaba frente al chico.

La verdad es que no corro cuando haces «Achoo».

Ashton tomó la galleta y luego de decir «Que comiencen los juegos del hambre» llevó la dichosa galleta a su boca… Y justo cuando estaba masticando estornudó.

— Lo siento — susurró Ash mirando a Dawson… O tal vez quiso decir «su nueva toalla andante».

Dawson tenía los ojos cerrados, y en toda su cara y parte de su camisa habían mocos, saliva y trozos de galleta. Pero la verdad le dio igual.

lo que si hago es correr a buscarte una servilleta.

— No pasa nada — respondió el chico con una sonrisa antes de pasar la manga de su suéter por su cara para apartar todo lo que había caído en esta — Las galletas se salvaron y yo no me había duchado hoy así que… No pasa nada — comentó jocoso antes de levantarse de la cama — Voy por un par de servilletas ¿vale? —.

Ash asintió con la cabeza y Dawson emprendió camino a la cocina para buscar algo con lo que su amigo pudiera limpiarse.

.XxX.

21/04/2017 (16 años)

No suelo contar los días ni a las personas que odio… Porque perdería la cuenta.

— ¡Eres un idiota! —.

Ashton esquivó el zapato que había salido de la habitación de Dawson y miró luego como Heather, la ahora ex- novia de Dawson, salía hecha una furia de la casa del chico.

Antes de dar un paso nuevamente, Ashton miró a los lados del pasillo antes de terminar su camino hacia la habitación del chico, quién tenía los ojos abiertos de par en par.

— ¿Se lo dijiste? —.

— Si —.

Ashton asintió con la cabeza lentamente y luego comenzó a reírse mientras que Dawson lo miraba mal.

— Tienes más huevos de los que pensaba — se burló Ashton viendo a Dawson — Es más, estoy impresionado por el hecho de que tienes huevos —.

Y dicho esto, Dawson le lanzó un lapicero en la frente a Ashton.

— Ja ja, mira como me parto de la risa — respondió irónico Dawson antes de tomar el tacón que se hallaba en medio del pasillo — ¿Crees que vuelva por esto? — preguntó tomando el zapato en sus manos.

— ¿La verdad, la verdad? No — Ash se encogió de hombros y pasó uno de sus brazos por el costado de Dawson — Aunque te mereces una medalla — se burló antes de continuar — Terminarle a la capitana de porristas porque te gusta la geek… —.

— Alisha no es geek — interrumpió el chico mirando mal al rubio, este rodó los ojos.

— Bueno, que le hayas terminado a la capitana de porristas por la amante de los cómics y el Anime es algo digno de valentía — enunció Ashton — Venga campeón, te ganaste un helado —.

— ¿Qué edad crees que tengo? — preguntó el chico alzando una ceja mientras miraba a la persona a su lado.

— Físicos sé que tienes 16, ¿Mentales? Creo que tienes como 6 o 7 — admitió y Dawson solo rodó los ojos mientras negaba con la cabeza — ¿Quieres el helado o no? — demandó el muchacho haciendo que Dawson señalara su habitación.

— Déjame buscar algo — dijo riendo antes de tomar su chaqueta y su cartera para salir de su hogar hacia la heladería más cercana.

Luego de ir por los helados, Ashton y Dawson hablaban animadamente acerca de cualquier tema, en ese momento la conversación se trataba de los superpoderes que podrían llegar a ser reales.

— Técnicamente eso no es un super-poder — señaló Dawson mientras terminaba su helado de vainilla y caminaba a la par de Ashton.

— No — le dio la razón su compañero — Pero si es verdad que el único super-héroe que podría llegar a ser real es Iron-Man. Así que tecnología si es un super-poder — debatió Ashton y Dawson negó con la cabeza.

— No es un super-poder — repitió el castaño deteniéndose a botar el vaso en el que se hallaba su helado.

— Claro que si — devolvió Ashton dándose la vuelta y caminando de espaldas a la calle — Sólo imagínate que un día vas por ahí y algo te vuela por la cabeza ¿Un pájaro? ¿Un avión? ¡No! Es un verdadero, único y propio Iron-Man –.

— Pero es un super-héroe no un… ¡ASH, CUIDADO! —.

Al no ver la calle, Ashton no notó que comenzó a cruzar la misma con un auto acercándose a toda velocidad justo hacia él.

La reacción fue rápida… Pero no lo suficiente como para evitar un daño permanente.

— ¡Mierda, perdón! ¡No lo vi! —.

— ¡Que alguien llamé a una ambulancia! —.

— ¿Hay algún médico cerca? —.

— ¡El chico está consiente! —.

— Me duelen los ojos… —.

Dawson cerró sus ojos con fuerza y comenzó a dar pequeños masajes de manera brusca. Tenía algunas basuras en los ojos que le molestaban constantemente… Y comenzaban a dolerle bastante.

— ¡Dawson! Dawson, ¿Estás bien? — Ash corrió hasta el chico y se arrodilló justo a su lado mientras ignoraba el dolor punzante que se extendía a lo largo de su brazo y tomaba camino a su torso, y al ver como pequeños hilos de sangre caían por las mejillas del chico, Ash tomó las manos del contrario con algo de esfuerzo y lo hizo dejar de tocarse los ojos.

— Me duelen demasiado — soltó un gemido de dolor Dawson, quién se hallaba en el suelo y con sangre saliendo de sus ojos.

— Dawson, no pude seguir tocándote los ojos — advirtió el rubio con la respiración acelerada, pero sin querer preocupar a su compañero — Vas a estar bien, pero por favor déjate los ojos en paz —.

— Ash, no… — el chico hablaba con dificultad, a penas podía expresar algunas palabras en un leve balbuceo; pero sus fuerzas le jugaron una mala pasada y cayó inconsciente justo después de escuchar unas sirenas acercarse.

— ¡Paramédicos! Hágase a un lado —.

Ash se apartó de golpe y vio como cuatro paramédicos subían a Dawson en una camilla y comenzaban a gritar cosas y números que solo eran distantes a la audición del chico, solamente le importaba saber que Dawson estaría bien.

Era lo único que importaba en aquel momento.

Ese mismo día, 5 horas más tarde

Sin peros y sin dudas, hasta el final.
Así sea en el cielo o en el infierno.

Dawson comenzó a sentir justo en el momento en el que unos pitidos intermitentes se hicieron presentes en su campo auditivo.

Su cuerpo dolía, a penas podía moverse; pero la mayor incomodidad la sentía en sus ojos.

No podía ver nada, debido a que unos algodones y una venda cubrían esos cristales color esmeralda que lo habían hecho capturar tantos momentos a lo largo de su vida.

En lo que supo que despertó, Ash se levantó de golpe de la silla que se hallaba junto a la camilla del hospital en el que se hallaba.

— Dawson, ¡hermano! — Ash tomó la cara del chico en sus manos y este solo se removió tratando de apartarse de él — Estás vivo — dijo con alivio al ver a su compañero moverse y comenzar a apartar todas las sábanas que le impedían levantarse.

— Mala hierba nunca muere — comentó jocoso el chico mientras sentía un dolor punzante a nivel de sus ojos, y luego de quitar las vendas y el algodón abrió los ojos.

Nada.

No veía nada.

— Dawson, hey… Dawson que pa… —.

En ese instante Ash solo llevó sus manos a su boca y aguantó las lágrimas que amenazaban con correr.

Esos ojos verdosos que siempre estuvieron para él a lo largo de su vida ahora no eran más que solo dos bolas vacías y sin una gota de color.

Esos ojos que hicieron que el chico notara la heterocromía de Ashton el primer día de primer grado…

Esos ojos que se tendieron a llorar la vez que Ash fingió haberse mudado…

Esos ojos que siempre reflejaban la felicidad y el aprecio del chico a pesar de fingir estar molesto…

Esos ojos que le había regalado a Dawson tantos momentos felices…

ya no estaban.

— Ash… No veo — fue lo único que susurró el chico en su estado de shock justo antes de que Ashton abrazara al chico con fuerza.

— Esto es mi culpa, es mi maldita culpa. Debiste haber dejado que el auto me atropellara, no debiste… —.

— Dawson, estás despierto —.

Ash secó las lágrimas que salieron y se apartó del chico un poco, hasta que Dawson lo tomó del brazo.

— ¿Quién está ahí? — dijo el chico mirando a todas partes y a la vez ninguna, pues lo único que veía era vacío.

— Es el doctor — murmuró Ashton — Tienes que soltarme — y luego de eso, Dawson aflojó poco a poco el agarre antes de que el doctor se acercara al chico y le hiciera un par de pruebas.

¿Lo que pasó? Dawson actuó por instinto y empujó a Ashton para llevarse él el impacto, el auto que iba a atropellar los chicos se desvío y dio a parar en un poste, el cristal de la parte superior se rompió y algunos pedazos cayeron en los ojos de Dawson. El chico, al no saber de qué se trataba, comenzó a tocarse sus ojos para sacar lo que le había entrado, pero lo que consiguió fue clavarse los cristales hasta dejarlo ciego.

— Lamento lo ocurrido Dawson — se disculpó el médico bajando la cabeza — Hicimos todo lo que… —.

— Solo… Tengo una duda — interrumpió el muchacho y luego de un segundo de silencio prosiguió — ¿Ashton está bien? —.

— Solo el hombro dislocado porque caí contra un policía acostado — se metió Ashton antes de ver su hombro todo vendado — Pero sobreviviré —.

— Entonces no pasó nada — dijo el ahora ciego con una sonrisa triste — Si tenerte conmigo el resto de mi vida implica no ver… Entonces acepto el pago sin problema — comentó mirando al lado contrario al que se hallaba.

— Idiota — dijo Ash en un sollozo combinando con una risa amarga antes de tomar la cabeza del chico y girarla a la dirección correcta — Estoy aquí — enunció como pudo antes de sumirse en llanto.

— Eres la persona más leal que he conocido en mi vida — comentó el doctor antes de ver a Ashton — Cuídalo, amigos como él no se venden por ahí — aconsejó señalando a Dawson.

— Lo sé — dijo Ashton tratando de parar de llorar, pero simplemente no podía.

Se había ganado la lotería ese 28 de septiembre

Me mata no poder decírtelo:
Eres mi mejor amigo,
El mejor de todos…

Camino largo
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Camino largo

¿Sabes qué es molesto? Hacer cosas que no te gustan.
¿Sabes qué es peor? Que estés obligado a hacer esas cosas que odias.
Pero ¿Sabes que podría llegar a ser el infierno en la tierra? Los últimos 15mins de tu clase más odiada.

Esos 15 minutos que se sienten como 6 años, que te hacen querer ahorcarte y acabar con tu sufrimiento.

¿Ya me entendiste? Entonces entendiste a Nikola.

La chica respiraba profundo y pasaba su vista de su reloj a su celular, de su celular a la pizarra, de la pizarra a la puerta y repetía el proceso.

15 minutos.

Eso era lo que faltaba para declararse oficialmente de vacaciones de verano.

No más tareas, no más trabajos, no más exposiciones, no más pruebas… Solo 15 minutos más y oficialmente era libre durante tres meses seguidos.

La profesora de física hablaba, pero Nikola solo tenía su atención en que el reloj se moviera más rápido y acabara con su tortura de una vez por todas; en serio quería irse.

Y entonces pasó.

Luego de lo que se sintió como tres eternidades –ni siquiera una– el timbre que daba por finalizadas las clases hasta el próximo año había sonado.

La emoción de Nikola no cupo en su ser, por lo cual no midió sus acciones, tomando su mochila y caminando sobre las mesas para evitar a toda la banda de idiotas de su clase para salir primera.

— ¡Kittel!, aprenda a… —.

Pero los gritos de la anciana se hicieron lejanos mientras Nikola corría con fuerza hacia la salida de su escuela.

Dejó atrás las paredes blancas y los lockers azules que tan monótonos y molestos le parecían hasta que salió de la escuela deslizándose por la baranda de las escaleras de salida.

Al estar fuera de la institución, corrió con más fuerza hasta una camioneta de color blanco, en la cual Thomas la esperaba.

El chico de 26 años revisaba su celular mientras esperaba la salida de su chica, pues había prometido ir por ella su último día.

Y ahí estaba.

Nikola tocó con insistencia la ventana del auto, haciendo que el castaño riera y liberara los seguros, por lo cual la chica se subió al instante y, luego de cerrar la puerta, tomó la osadía de estampar sus labios con los del chico.

Thomas sonrió y sin dudarlo correspondió a su beso. Si bien era cierto que aquello era un poco arriesgado pues podían verlos, ninguno de los dos pensó en eso en aquel momento; lo único que importaba era el alzado beso que estaban disfrutando.

Aquel par tenía un tiempo saliendo a escondidas, actuando como seres distantes frente a el mundo, pero demostrándose lo mucho que se amaban y lo poco que le importaba la edad a sus corazones.

— Alguien viene de buen humor — comentó Thomas con burla, haciendo que Nikola solo riera y dejara un beso en la mejilla del chico antes de sentarse como debía en el asiento de copiloto — ¿Qué tal tu día? — cuestionó el chico encendiendo el auto para luego alejarse de la escuela de la chica y dirigirse a la casa de la misma.

— No tengo más clases, oficialmente soy libre y ya puedo pasar todo el tiempo que quiera contigo — dijo la chica mirando a Thomas con una sonrisa — Créeme cuando te digo que este día no puede mejorar más —.

— Eso está por verse — murmuró el chico para sus adentros, haciendo que Nikola alzara una ceja.

— ¿Qué tramas? — inquirió curiosa la muchacha, haciendo que él sólo riera.

— Yo nada — respondió encogiéndose de hombros y aprovechando el semáforo en rojo para ver a la chica y mover la cabeza a un lado — Pero necesito que dejes la ventana de tu habitación abierta y te prepares para esta noche… Oh, y ponte tus gafas — informó el chico arrancando de nuevo — Te ves mejor con gafas que con lentes de contacto —.

— Okay… — susurró la chica y por instinto se miró en en espejo retrovisor del auto. La única razón por la que usaba lentes de contacto era porque todos pensaban que con sus gafas azules parecía una «nerd» y una «geek», y si bien era cierto que adoraba investigar y tenía gran admiración por los cómics, el Manga y el Anime, odiaba que los demás chicos se burlaran de ella por eso.

— Hey — Thomas detuvo el auto fuera de la casa de la chica y la miró por un momento — Sé lo que estás pensando y no, no eres ni nerd ni geek por usar tus gafas… La verdad te ves adorable con ellas, por eso te dije que las usaras —.

Nikola solo se dio la vuelta, y con una media sonrisa abrazó al chico como pudo y este correspondió al abrazo sonriendo.

— Te quiero, Thomas — susurró la chica antes de apartarse y dejar un rápido beso en la comisura de los labios del chico — ¿Necesito usar vestido o algo así? — cuestionó haciendo referencia a la cita mencionada por el chico, produciendo que Thomas negara.

— Usa lo que te haga sentir cómoda — enunció sonriendo, y luego de eso Nikola bajó del auto y Thomas siguió hasta su casa, la cual era justo al lado de la casa de la chica.

Nikola sonrió como una boba enamorada antes de entrar a su casa, donde pasó toda la tarde pensando en lo que sucedería aquella noche.

.XXX.

Aquella noche Nikola a penas podía controlar y disimular su emoción, haciendo que caminara de lado a lado esperando al chico.

Eran al rededor de las 7pm cuando comenzó a arreglarse.

Y por «arreglarse» realmente se refería a buscar qué ponerse.

Eran al rededor de las 8:30pm cuando finalmente, luego de revolver su closet unas 9 veces, decidió qué usaría.

Recogió su cabello oscuro en una coleta alta, tomó su camiseta favorita de «Death Note» y sobre esta se puso una chaqueta amarilla (regalo hecho por Thomas luego de haber perdido una del mismo color) junto a unos jeans negros y su confiable par de Vans blancas.

Justo cuando terminó de atar sus trenzas, una pequeña roca entró por su ventana.

«Es hora»

Nikola no pudo evitar reír ante la manera en la que el chico había llamado su atención, pero luego tomó su celular y su cartera para asomarse en la ventana y ver al chico haciéndole una seña para que saliera.

Estaba a punto de irse cuando recordó un ligero detalle.

Entró al baño de su habitación y se lavó las manos antes de proceder a quitarse sus lentes de contacto y tomar sus gafas azules para ponérselas.

Se miró en el espejo unos segundos y no pudo evitar sonreír de lado.

Esa era ella.
Esa era la versión de ella que Thomas amaba.

Y la verdad le encantaba.

Nikola se asomó por la ventana nuevamente ya usando sus gafas y bajó por las escaleras de emergencia junto a la ventana, cosa que hizo a Thomas pensar en lo loco pero afortunado que era.

Al llegar junto al chico, Nikola besó al castaño como de costumbre, y al apartarse, la chica no pudo evitar sonreír mirando a Thomas, quién no pudo evitar la sonrisa de sus labios.

— ¿Lista? — inquirió el joven mirando a la muchacha, quien asintió con la cabeza para luego acomodar sus gafas — Entonces ven conmigo — invitó extendiendo su mano, la cual Nikola tomó sin quejarse.

Los dos caminaron hasta el auto de Thomas, y al subirse él le quitó las gafas a ella.

— ¡Oye! — se quejó Nikola sin poder ver nada.

— Es eso o que te vende los ojos — negoció el chico, instantáneamente Nikola dejó de patalear, pues para ella no había cosa más aterradora e incómoda que usar una venda en los ojos.

¿Claustrofobia? No ¿Mucho Anime y películas? Tiene más sentido.

Thomas conducía por las calles de aquella ciudad alumbrada con varios faroles y luces por doquier; disfrutando del leve sonido que le brindaba la radio y las insistentes preguntas de Nikola como «¿ya llegamos?» «¿adonde vamos?» «¿Qué intentas?».

Luego de una hora y media manejando, Thomas manejó hacia las afueras de la ciudad para adentrarse en un bosque alejado del ajetreo de la ciudad.

Al llegar a su destino de la noche, Thomas bajó del auto y le abrió la puerta a Nikola, aún sin darle sus gafas.

— ¿Ya me puedes dar mis gafas? — cuestionó la chica con los ojos cerrados, Thomas negó.

— No todavía — dijo cargándola, haciendo que un suspiro de sorpresa trepara por la garganta de la chica — Aún no hemos llegado — informó comenzando a caminar con la chica en brazos, quién se aferró a el muchacho como si su vida dependiera de ello — No te preocupes — susurró él en su odio — Yo jamás te dejaría caer —.

De cierta forma, Nikola se sintió un poco mejor con aquello, haciendo que su agarre aflojara.

Luego de lo que se sintieron como unos 5 minutos caminando, oficialmente habían llegado adonde Thomas deseaba.

Lo primero que percibió fue el olor a tierra mojada y a naturaleza en su más puro ámbito, sin olor a gas ni humo… También pudo percibir silencio total, solo unos cuantos grillos y el crujir de las hojas con el pasar del viento.

Al dejar a la chica en el suelo, esta pudo sentir como había una gran cantidad de pasto bajo ella; quería ver adonde estaban de una vez por todas, pero debido a la oscuridad y a la falta de sus gafas, solo veía un montón de manchas entre verde oscuro, negro y… ¿Amarillo?.

Al ponerse sus gafas pudo ver con claridad donde estaban.

Nikola estaba en medio de un bosque rodeado por enormes y frondosos árboles. Frente a ella, una manta de cuadros azul rodeadas por alguna que otra vela.

— Estamos en el medio de la nada — murmuró la chica antes de ver a Thomas, quién no pudo evitar reírse un poco — ¿Qué intentas? — cuestionó con curiosidad. El chico sólo se encogió de hombros.

— Hace unas semanas habías dicho que querías salir de la ciudad por un tiempo, solo disfrutar de buena compañía y el silencio de algún lugar apartado de la sociedad… — comentó vagamente, haciéndole ver a Nikola que él en serio prestaba atención a lo que ella decía — Y si yo cuento como buena compañía, técnicamente esto se acerca bastante a lo que querías — finalizó mirando a la chica con una sonrisa.

— Thomas, eres… — la chica solo negó divertida y lo abrazó con fuerza. Iba a decirle que era un tonto por llevarla allí sin que pudiera ver nada, pero aquello lo compensaba.

El chico correspondió al abrazo con una sonrisa antes de esconder su cara en el hueco del cuello de la chica, aspirando ese aroma a rosas que solo ella desprendía. Sin duda uno de sus olores favoritos.

Luego de apartarse de ese abrazo, Nikola se sentó sobre la manta tendida en el suelo, mientras que Thomas tomaba su guitarra, la cuál estaba recostada de un árbol.

— ¿Qué sabes tocar? — preguntó la chica luego de que Thomas se sentara junto a ella, él sólo la miró.

— Dime que te gustaría escuchar y déjame el resto a mi — dijo sonriendo.

— Sorpréndeme —retó la muchacha apoyando parte de su peso en sus manos, dispuesta a escuchar al chico.

Thomas pensó por unos segundos qué canción tocar, y luego de llegar a una conclusión, comenzó a hacer algunos acordes en su guitarra para entonar una de las canciones con las que más se sentía identificado.

I don’t know if we should be alone together
I still got a crush, that’s obvious
If nobody’s around, what’s stopping us?
Everywhere I go you show whatever
I don’t ever mind sharing oxygen
I just wanna get lost in your lungs…
Just a baby, but she’s growing up so fast
And I’m allergic to the waiting…
–.

Thomas tocaba y Nikola escuchaba maravillada. Nunca había escuchado al chico tocar guitarra ni mucho menos cantar, pero haberlo hecho por primera vez allí, en ese momento, a la luz de unas tenues velas y las estrellas con esa canción específicamente no tenía precio alguno.

Con el paso de la melodía Nikola comenzó a tararear en voz baja y a seguir la letra con una sonrisa que amenazaba con salir.

Al finalizar, Nikola aplaudió con una sonrisa y Thomas solo bajó la vista riendo. Nadie sabía del talento del chico… Hasta ese momento.

— No sabía que te gustaba The Neighborhood — comentó con gracia la muchacha antes de recostar su cabeza en el hombro de Thomas, quién se limitó a sonreír y seguir haciendo algunos acordes al azar para ambientar un poco el lugar.

— No sabía que cantabas — respondió el chico haciendo que Nikola sonriera sonrojada y cerrará los ojos por un momento.

— No canto… Solo es ocio — respondió la muchacha de cabello fantasia, haciendo que Thomas riera.

— claro — dijo de manera sarcástica mientras comenzaba a tararear una canción en voz baja — let’s skip the day, let’s run away, don’t let the color fade to gray…

— cantas genial — susurró la chica con una media sonrisa mientras disfrutaba de la suave melodía que la voz del chico y la guitarra emanaban.

Muchos llegarían a pensar que dos jóvenes a solas en el medio de un bosque sin nadie que los molestara llegarían a otros límites bastante avanzados… Pero entre ellos no fue así.

Ni Thomas ni Nikola necesitaban de morbo para disfrutar de momentos como aquellos.

Un par de velas, la luna y los pocos insectos que cruzaban por el bosque aquella noche fueron los únicos testigos de aquella cita tan simple pero especial para los chicos. Habían encontrado un lugar, su lugar.

Un lugar donde nadie podía meterse con ellos.

Esta es nuestra realidad loca y estúpida. Solo tú y yo.

— Thomas… Mira —.

El chico salió del pequeño letargo en el que había entrado al haberse quedado viendo a la chica para luego dirigir su vista hacia donde Nikola señalaba.

Luciérnagas.

Miles de animalitos brillantes iluminaron la copa de los árboles y comenzaron a volar en distintas direcciones, brindándole un espectáculo hermoso y perfecto para los jóvenes.

Sabemos que esta es la forma en la que debe ser.

.XXX.

Luego de unas horas en las cuales las canciones, los besos y el afecto sobraron, Nikola miró la hora en su celular.

3:15am.

Habían pasado toda la noche en aquel bosque.

— Tenemos que irnos — musitó la chica sentándose para ver a Thomas, pues segundos antes estaba cómodamente acostada en las piernas del chico.

— ¿Te vas a meter en problemas si nos quedamos un rato más? — al notar el asentimiento de la chica, Thomas suspiró derrotado y se levantó de la manta antes de tenderle la mano a Nikola para ayudarla a levantarse.

Luego de recoger las cosas que tenían allí, los jóvenes se encaminaron hacia la camioneta para volver a su hogar, y camino a la misma la chica decidió encender la radio.

— ¡Amo esa canción! — exclamaron los chicos al mismo tiempo y luego de reírse ante aquella casualidad, Thomas le subió volumen a la canción mientras ambos cantaban a todo pulmón.

She’s a rebel
She’s a saint
She’s salt of the earth
And she’s dangerous
She’s a rebel
Vigilante
Missing link on the brink
Of destruction
From Chicago to Toronto
She’s the one that they
Call old whats her name…
—.

Alcanzando cada luz roja,

Besándonos en las señales de alto,

Green Day en la radio…

Luego de un viaje de casi tres horas, los chicos finalmente habían llegado a su destino, y después de una despedida excesivamente dulce, cada quién tomó camino a su respectivo hogar.

En el día, cuando Nikola bajó las escaleras para desayunar, la sonrisa en su rostro era imposible de disimular. Y a pesar de que sus padres no preguntaron qué sucedía, ambos estaban consientes de que el buen humor de la chica no era de gratis… Solo ella sabía qué mantenía su humor de aquella manera, y de verdad lo amaba…

Los días pasaron, y de vez en cuando Thomas y Nikola iban de nuevo «al medio de la nada», donde pasaban horas entre juegos y canciones.

Una tarde en la que los padres de Nikola se fueron de viaje debido a su trabajo, la chica sonrió para si antes de teclear un mensaje a Thomas, el cual fue respondido casi al instante.

Bae💕
Online

Llévame de regreso al medio de la nada…
a ese lugar que solo tu y yo compartimos
.

Tus deseos son órdenes, princesa.

La chica sonrió para sí antes de subir a su habitación y tomar su mochila para meter unas cuantas cosas dentro… Aquella noche no dormiría en casa, probablemente porque tomarían el camino largo a casa

Ahora estamos atascados en el medio de la nada
Y no hay nada que no podamos conseguir
Escondidos en un sueño
Y tu sabes que nunca te dejaría caer
Hasta que salga el sol
Podemos tomar esta ciudad
Y podemos pretender
Que vivimos en la escena de una película

Pero ambos sabemos que esta es la forma en la que debe ser…

🍁🍁🍁

Canciones citadas:

🍒Single — The Neighborhood
🍒 Never Be — 5 Seconds of summer
🍒She’s a rebel — Green Day

Chicas Buenas
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Chicas Buenas

Ella es «una chica buena»,
Es la favorita de papi.

Bella sonrió mostrando sus dientes mientras su madre se encargaba de dar la bienvenida a todos los invitados que llegaban a su hogar.

Tener una familia adinerada era difícil… Pero ¿ser un Lewis? Pfff, mejor ni lo imagines.

Ser una de las familias más influyentes de Londres y tener que seguir tantos códigos y reglas puede ser algo asfixiante… Más si no estás de acuerdo con ellas pero aún así debes seguirlas porque «eso es lo que debería hacer una dama».

¿No me crees? Ven y pregúntale a Bella.

La chica suspiró y luego recompuso su sonrisa forzada mientras mares y mares de empresarios, artistas y algún que otro integrante de la familia real entraban a su hogar. Definitivamente odiaba aquello.

— Bella, cariño, te presento a Jon —.

Internamente, la chica rodó los ojos y miró al muchacho con desdén. Detestaba con todo su ser cada vez que algún chico le agradaba a su madre, debido a que esta trataba de obligarla a ser la pareja de dicho «hombre digno» para ella. Igual que con absolutamente todo.

Su estilo,
Su manera de hablar,
Su manera de ser,
Su manera de respirar,

Su madre era excesivamente controladora.

— Es un placer poder conocerte, Jon — dijo la muchacha posando la sonrisa más hipócrita que pudo hacer en aquel momento. En respuesta, el tal Jon tomó la mano de la chica y posando un leve beso en el dorso de la misma respondió:

— El placer es mio, hermosa dama —.

Bella mantuvo su sonrisa y luego miró a su madre, para luego zafarse del leve agarre del chico y escuchar a su progenitora continuar.

— Jon acaba de ganar una beca en Harvard

Sabes que ella podría hacerlo.

» Por lo cual me ha pedido que pases con él estos últimos meses que estará por aquí —.

— Eso me encantaría — mintió la chica mirando al rubio mientras sonreía de lado — Pero, lastimosamente, estos próximos meses debo estudiar más para poder presentar mi prueba en MIT — eso era una verdad a medias. Si bien era cierto que dentro de dos meses haría una prueba para entrar al instituto de tecnología, lo que menos haría sería estudiar. Realmente las ciencias no le interesaban en lo absoluto, pero, para mantener «la clase» de su familia, estaba forzada a estudiar alguna carrera completamente aburrida y extenuante.

—Ah, lo olvidaba — la madre de Bella sonrió dando un beso en la mejilla de su hija y luego miró a Jon — Mi hija es la más inteligente de su clase, y fue escogida entre los 10 mejores para presentar una prueba de admisión en MIT —.

— Comprendo la magnitud del asunto — asintió Jon sonriéndole a la chica — No cualquiera llega a calificar para tal universidad. No se preocupe, señorita Lewis, cuando vuelva podemos pasar algo de tiempo juntos —.

— Eso suena maravilloso —.

— Me encantaría continuar con esta amena y agradable charla — «Dios, perdóname por mentir tanto» pensó Bella luego de decir aquello — Pero, madre, realmente me hallo extenuada, por lo cual me gustaría poder retirarme a mi habitación para descansar un poco —.

– Sería genial que te quedes un rato más con… —.

— No es necesario, señora Lewis — interrumpió Jon sabiendo qué iba a decir la mujer — Si su hija se halla cansada, no veo razón para hacerla pasar más tiempo despierta cuando cómodamente podría ir a tomar una siesta. Podemos seguir hablando en otro momento —.

Pierce, hasta hace 5seg me parecías el ser más arrogante y molesto del mundo. Creo que ahora me agradas un poco.

Nota mental de: Bella.

para: Pierce.

— En ese caso… Bien — la mujer dio una mirada a su hija y luego de dar un asentimiento de cabeza, la chica sonrió y luego de despedirse, se escabulló rápidamente entre las personas presentes para dirigirse a su habitación y acabar con aquella tortura de una vez por todas.

Luego de cerrar la puerta de su habitación con cerrojo, se deshizo de los tacones negros y el vestido rosa que portaba, echándolo rápidamente dentro del cesto de ropa sucia y poniendo los zapatos dentro de su closet, luego de eso, su vista viajó hacia el anexo que tenía su habitación, el cual era usado como un vestier, y levantando una tabla del suelo encontró lo que buscaba.

Dentro de lo que sería perfecto para una princesa o una Fresa, Bella escondía lo que era perfecto para ella.

Del cajón secreto sacó unos jeans rotos, un crop-top color negro, una chaqueta de Jean bastante básica, unas botas militares del mismo color del top y unas cadenas para decorar sus jeans.

Se cambió de ropa y luego se miró frente al espejo, se deshizo de todas las joyas que tenía. Anillos, pulseras, la diadema que adornaba su cabello, collares, todo. Luego se quitó todo maquillaje que tenía y luego se limitó a usar un poco de rimel y un labial de un color rojo oscuro; terminado eso, recogió su cabello en unas trenzas de boxeador para no tener que lidiar con su cabello platinado y sentirse más cómoda.

Luego de asegurarse de que nadie se hallaba en la parte externa de su hogar, Bella bajó las escaleras de emergencia y corrió lejos de su hogar lo más rápido que pudo.


Luego de alejarse unas cuantas cuadras, comenzó a caminar con calma. Sus únicas horas de escape eran durante la noche, porque esas eran eran las horas en las que «estudiaba» o «dormía».

O al menos eso es lo que asumen sus padres…
Pero en la parte oscura de la habitación, donde nadie hace las leyes, ella está con su chico… Y no leyó eso en ningún libro.

Sus pasos fueron interrumpidos por alguien que halaba de ella y juntaba sus labios de una manera necesitada y desesperada.

Bella tomó aquello de la mejor manera posible, debido a que ya sabía quién era el causante del acto.

Sonrió sobre los labios del chico y luego posó una de sus manos en la mejilla del mismo, mientras que los brazos del muchacho bajaban hasta la cintura de ella para abrazarla y hacer que la distancia entre ellos fuera completamente eliminada.

Damián estaba acostumbrado a aquella rutina. Esperar en el mismo callejón a su amada cada noche, para poder vivir «su propio cuento de hadas» cada vez que el sol se escondía y gran parte de la ciudad dormía.

Su beso era alzado y desesperado; debido a las largas y tediosas conferencias dadas por su padre, las pasadas dos semanas Bella estuvo ausente en la vida de Damián y en aquel callejón de Londres, el cual ya tenía la costumbre de acogerlos entre sus sombras e iluminar sus rostros para que los jóvenes pudieran grabar para siempre aquellas sonrisas y caricias.

— Te extrañé tanto — murmuró el chico separándose de los labios de la rubia y dejando besos al rededor de su cara mientras soltaba comentarios como «te amo» «no vuelvas a viajar con tus padres» «la próxima voy en tu valija» y cosas parecidas.

Bella solo podía reír mientras trataba de apartar la cara para dejar de recibir tantos besos, hasta que eventualmente tomó al chico por las mejillas y plantó un beso decidido en sus labios; solo para indicarle que se detuviera.

— No quiero irme de nuevo — aseguró la chica para luego abrazar al chico con todas sus fuerzas, dejando que Damián la cargara y correspondiera a su abrazo sin dudarlo.

— Espera, dijiste… —.

— Mis padres quieren enviarme a Massachusetts — musitó la chica sin apartarse de él — quieren que estudie en el instituto de tecnología pero yo… —.

— Hey hey hey — el chico detuvo a Bella y la dejó en el suelo cuidadosamente antes de apartarla de él y hacer que la mirara — A mi me importa una mierda lo que tus padres piensen, la única decisión que me importa es la tuya — y luego de secar una lágrima traicionera que corría por la mejilla de la chica continuó — ¿Tú quieres ir a Massachusetts? — preguntó mirándola atento. Desde el día que la razón de las escapadas nocturnas de Damián tuvieron un nombre y un apellido, supo que el día que estas acabaran su corazón se quebraría de una manera prácticamente irreparable… Pero por ella lo valía. Sabía que los padres de Bella eran altamente controladores, no quería formar parte del grupo de personas que ponían limitantes a la vida de la chica.

— No — respondió en un hilillo de voz mientras bajaba la mirada y cerraba los ojos para no llorar — Claro que no quiero irme — murmuró sintiendo su voz quebrarse — No quiero ir a Massachusetts, no quiero estudiar ciencias, no quiero seguir ocultándome, no quiero levantarme cada mañana y recordar lo mal que estoy por no poder solo decirle a mis padres que me importa… — se detuvo a si misma cuando un sollozo salió por sus labios. Aquello de verdad dolía — Que no me importa lo que cualquier otra persona piense de mí — y sin más, Damián abrazó a Bella para que esta llorara con libertad, simplemente la dejó desahogarse — No quiero seguir siendo una chica buena — murmuró al final sorbiendo su nariz y secando sus lágrimas.

— Alguna vez escuché a alguien decir que las chicas buenas solo son chicas malas que no han sido descubiertas — comentó el chico recordando la primera vez que había visto a Lewis, sin duda lo mejor que le pudo haber pasado — Y… Creo que a veces es mejor ser una «chica mala» a solo seguir órdenes por miedo a lo que pueda pasar —.

— Lo he pensado millones de veces — murmuró la chica — Pero… Mis padres me enviarían de clavado a un instituto de modales y realmente tendría un efecto contrario a lo que quiero —.

— Te ayudaré a que eso no suceda — aseguró Damián mientras acunaba sus mejillas con sumo cuidado, como si estuviese tomando una muñeca de porcelana.

— ¿Cómo? —.

— Tú déjamelo a mi —.

– Me preocupas — murmuró la chica frunciendo un poco los labios, sin tener ni la más mínima idea de lo que Damián tramaba.

— Tranquila, no haré ninguna locura — aseguró antes de dar un pequeño beso en la comisura de los labios de la chica — ¿Por ahora… ¿Qué te parece si damos una vuelta? —.

— me encantaría — respondió Bella con una sonrisa antes de tomar la mano del chico y comenzar a caminar bajo la leve luz de las farolas que adornaban las calles de Londres… Y, sin saber exactamente porqué, aquella noche las luces le parecieron más brillantes que otras veces.

.XXX.

A la mañana siguiente, luego de una de las noches más románticas y bonitas que pudo haber tenido en sus 17 años de vida, Bella bajó las escaleras para dirigirse a la cocina de su hogar a buscar algo para desayunar.

Al llegar al comedor, sus padres desayunaban mientras algunas de las señoras de servicio de su casa se movían de un lado a otro, algunas llevando y trayendo platos, otras limpiando.

Bella tomó asiento en la mesa de vidrio rectangular y solo dos segundos fueron necesarios para que una taza de té humeante junto a un pequeño envase de porcelana lleno de azúcar se presentaran frente a ella.

— ¿Qué le gustaría para desayunar, señorita Lewis? — preguntó la mujer que le había traído el té a la chica.

— Me gustaría comer unos… —.

— Con permiso, buenos días, discúlpenme — Scott, el mayordomo de la casa, entró en la sala y todos los presentes prestaron atención a lo que él tenía que decir — señorita Lewis, su invitado ha llegado —.

Ahora la vista pasó a Bella quién alzó una ceja. Ella no había invitado a nadie.

— Mi invita… — «No voy a hacer ninguna locura» — Déjalo pasar y dile que venga acá — ordenó decidida y los padres de la chica se miraron extrañados.

— Bella, ¿A quién has invitado? — cuestionaron los padres mirando a su hija, mientras esta se encogía de hombros y echaba una cucharada de azúcar a su té para luego revolverlo.

Todos se hallaban en relativa calma hasta que lo vieron.

Tenía piel tostada y ojos negros. Definitivamente no era de esos lados. Su cabello oscuro con un par de mechones teñidos de azul. Su camiseta ya desteñida de Nirvana, sus jeans rotos y sus converse rojas le dieron mala espina a los padres de la chica, más esta se levantó y recibió al chico con un abrazo.

— Cuando dijiste que no ibas a hacer ninguna locura, supuse que hacer esto entraba dentro de ese cuadrante — susurró en su oido mientras lo abrazaba.

— Supuse que sabrías que para mí esto no califica como locura — susurró de vuelta apartándose para luego dejar un beso en sus labios, los jóvenes oyeron una taza caer.

— ¿Qué te has creído, muchacho insolente? — la madre de Bella se levantó ignorando los vidrios rotos que acaba de dejar y tomó a Bella del brazo para apartarlo de aquel «chico tóxico».

— Creo que no me llamo «Muchacho Insolente» — comentó con leve ironía el chico mientras Bella abría los ojos de par en par y negaba con la cabeza, aún así, el chico continuó — Soy Damián Navarro, el novio de su hija —.

La madre de Bella apretó más el agarre en su hija, haciendo que sus uñas se clavaran y Bella chillara debido al dolor que esto le producía.

— Tú nunca estarías a la altura de mi hija — respondió la mujer con desdén — Solo mírate — siguió señalando con asco al chico — Tu forma de vestir te delata, no eres más que otro chico de clase baja que nunca… —.

— Basta —.

La madre de Bella se volteó perpleja a ver a la chica, quién se había apartado de su madre y le había ordenado de manera decidida y sin titubeos que se detuviera. Sin duda una gran falta a la autoridad de su progenitora.

— Damián no es ningún vándalo, y te informo que sí — la chica miró al castaño, quien le dio una sonrisa de boca cerrada al verla — Sí está a mi altura y ha sido la única persona en mi vida que pude elegir por mi cuenta… Realmente no me arrepiento — aseguró la chica cruzándose de brazos mientras miraba a su madre con la cara en alto. Si algo no iba a tolerar era escuchar a su madre insultar a Damián como se le diera la gana, porque ella menos que nadie tenía el derecho de hacerlo — Así como tampoco me voy a arrepentir de decirte esto. No pienso estudiar ciencias, ni MIT ni en ningún otro lado. Estoy harta de darle una falsa imagen de una fresa hipócrita y mimada al mundo; de ahora en adelante las decisiones de mi vida las tomo yo, y no hay nada que puedas hacer para detenerme — decretó mientras su madre escuchaba atónita.

— Esto tiene que ser una broma — negó la mujer mientras pasaba su vista entre ambos jóvenes — No voy a permitir que todo el linaje Lewis se hunda por… —.

— ¿La felicidad de tu hija y darle la oportunidad de que ella escoja lo que le parece mejor? Eso es egoísta — interrumpió el chico mientras miraba a Bella — Sé que usted menos que nadie lo ha visto, pero el brillo que toman los ojos de Bella cuando hace lo que le apasiona no tiene precio — comentó antes de acercarse a la mencionada y abrazarla por la espalda — Y creo que esa felicidad valdría la pena y también podría llegar a enaltecer a los Lewis algún día —.

— No te atrevas a hablarme así — amenazó la mujer a Damián, quien apartó a Bella de su alcance para que la mayor no quitara a la muchacha de su lado — Tú no tienes derecho a hablar acerca del futuro de Bella — escupió con rabia señalando al chico. En respuesta, este asintió la cabeza.

— Es así — le dio la razón — Ni yo ni nadie tiene el derecho de hablar acerca de un futuro que solo Bella puede escoger — enunció con calma y la madre de Bella estaba a punto de estallar. Nunca se había cruzado a alguien tan insolente en su vida.

— Lárgate de mi casa — dijo la mujer al borde de un colapso — ¡Ahora! — gritó desesperada.

— Esta es mi casa —.

Todos voltearon a ver al padre de Bella, quien hasta el momento solo se había mantenido expectante.

El hombre se levantó de la silla en la que se hallaba y solo se acercó a Damián para hacer un movimiento que sacaría todo de lugar.

El padre de Bella abrazó al castaño.

Madre e hija se miraban, una de ellas con una sonrisa de superioridad y la otra con una cara de sorpresa invaluable.

— ¿¡Estás del lado de este vándalo!? — exclamó escandalizada la mujer.

— Estoy del lado de la persona que quiera lo mejor para mi hija — respondió simple y se acercó a Bella para dar un beso en su frente — Y si este chico dice que mi hija tiene muchísimo más potencial si se le encamina en lo que le gusta, le creo. Nosotros hemos creado un modelo de hija perfecta para nosotros, no conocemos a la verdadera Bella — Damián sonrió con orgullo mientras que Bella solo abrazó a su padre con fuerza.

— Gracias — susurró la chica antes de apartarse de su padre.

— Cuando lo necesites, princesa — respondió el hombre de vuelta haciendo que la sonrisa de la rubia creciera como nunca en su vida.

15 años después…

— ¡Señorita Lewis! ¡Por aquí! —.

— ¡Por favor! ¡Responda algunas de mis preguntas! —.

Bella pasó entre el montón de paparazzis antes de poder entrar al edificio en el que ahora vivía.

Luego de ese icónico día a sus 17 años, su vida solo fue de subida.

Estudió letras en su universidad soñada, sin tener que ocultar nunca más su relación con Damián ni con nadie.

En solo 10 años había conseguido mucho más de lo que esperaba conseguir antes de que a su ahora esposo se le ocurriera hacer la grandisima locura de entrar en su hogar.

— Algo me dice que la gran «Bella Lewis» ha llegado —.

— ¡Mami! —.

Damián salió de la cocina del pent-house mientras que el pequeño Max –su hijo de tan solo 6 años– bajaba las escaleras corriendo con un libro en sus manos.

— ¿Cómo está mi bebé precioso? — Max corrió a los brazos de su madre y la abrazó con fuerza, haciendo que la mujer lo cargara y se acercara a Damián para darle un corto beso en los labios.

— Mami, mami, ¡Mami! Sabias que… —.

— Hey campeón, con calma — Bella dejó a su hijo en el suelo y el niño solo levantó emocionado el libro de química orgánica que sostenía en sus manos.

— ¿Voy a ver esto cuando comience clases? — preguntó el niño con un brillo en sus ojos. Ese brillo indescriptible que solo salía a flote cuando de verdad te apasionaba y te movía hasta la última fibra de tu ser — Porque hay muchiisimas cosas que no entiendo y quiero llegar a ver como… —

— Creo que alguien va a tomar el puesto que yo no tomé en MIT — susurró la chica a su esposo mientras el niño parloteaba sin parar.

— Si es lo que le gusta y quiere hacerlo… Yo no tengo ningún problema — susurró Damián de vuelta dando un beso en la mejilla de Bella y miraba con una sonrisa al pequeño Max.

Y así, luego de muchos años de encubrir quién era, Bella finalmente había podido tomar sus propias decisiones y hacer de su vida algo más divertido e interesante.

Las chicas buenas solo son chicas malas que no han sido atrapadas… Pero nadie logra dejar su marca siguiendo las reglas

Medicina

Medicina

— Blake… Blake, ¿Me estás escuchando? —.

Mi vista viajó del calendario con fechas tentativas para conciertos a la cara de Akel mientras arrugaba un poco la nariz al no recordar ni en qué momento su voz chillona había comenzado a hacer eco por toda la habitación.

— No sé si te diste cuenta, pero estoy ocupado — alcé ambas cejas mientras rezaba internamente porque no comenzara otro drama debido a «mi constante falta de atención» los últimos días.

— ¿Me estás diciendo que tus shows son más importantes que lo que te estoy contando? — Cerré los ojos negando con la cabeza y respirando profundo antes de comenzar a gritarle a mi novia. Últimamente, por una razón u otra, cualquier conversación por estúpida que fuera terminaba en una pelea bastante fea.

— No es eso… — me encogí de hombros mirando de nuevo las fechas para iniciar el nuevo tour — Pero Manson quería que revisara estas fechas para saber si no chocaban con… —.

— ¿Manson? ¿El idiota que derramó café sobre mi blusa favorita? Te he dicho que odio que te juntes con él y que no lo quiero cerca — la castaña rodó sus ojos cafés y miró su celular — Es tóxico — decretó desbloqueando su celular para hacer no_sé_qué.

— Manson es mi mejor amigo y es parte de mi equipo… Te guste o no, él se queda — respondí tajante y de un momento a otro mi celular comenzó a vibrar indicando la llegada de una llamada.

— No contestes, estás hablando conmigo —.

E, ignorando a Akel de manera olímpica, atendí la llamada de Manson al instante.

~ Situation? ~.

— No motivation — reí para mis adentros al responder al peculiar pero común saludo que teníamos Manson y yo.

~ ¿Revisaste las fechas? Adam está entrando en una «pequeña» crisis porque no le damos respuestas ~.

— En eso estoy — admití mirando los papeles sobre la mesa — Pero prefiero empezar en Toronto… No tengo ganas de pasar por Colombia a morir de calor lentamente — comenté riendo levemente.

~ De eso me encargo yo. No te preocupes, capitán ~.

Negué con la cabeza riendo y al ver las muecas y negaciones que Akel hacía cada vez que hablaba me hicieron callarme.

— Huh… Manson, dame media hora — dije achinando los ojos mientras clavaba mi vista en mi novia — Termino de revisar las fechas y te llamo ¿vale? —.

~ Bien, déjame conversar con Adam lo de comenzar en Toronto y terminamos de arreglar todo luego ~.

— De acuerdo… — mordí mi labio considerando lo que iba a hacer, y por revivir los viejos tiempos, continué — Destination? —.

~ Permanent Vacation! ~.

Reí colgando la llamada luego de escuchar el grito enérgico del chico unicornio (su cabello está teñido como un arcoíris… Chiste interno) para mirar a la chica frente a mi.

— ¿Sabes qué? — Akel se levantó del sillón y tomó su cartera antes de verme — No quiero saber nada de ti; no pienso quedarme en un sitio donde no me hagan caso ni me presten atención. Terminamos, Blake —.

— Que te vaya bien, Pierce — sonreí de manera cínica al llamar a la chica por su apellido. Sabía que ella odiaba aquello.

— Te vas a arrepentir de esto — me amenazó antes de salir — Voy a hundir como no tienes idea tu carrera —y sin decir nada más, se fue.

He de admitir que me reí un poco por lo que dijo ¿hudir mi carrera? Claro…

.XXX.

¿Akel Pierce consume anti-depresivos?

Hace un par de semanas la modelo Australiana fue vista entrar en una farmacia de la ciudad de Nueva York y salir de la misma con una bolsa de pastillas anti-depresivas.

Si bien es cierto que desde su ruptura amorosa con Blake Hanssen, que data de unos dos meses atrás, la bellísima modelo de 22 años ha estado decaída los últimos días, nadie pensó que esta relación fuese tan significativa para ella que terminaría lidiando con tal trastorno. Incluso confirmó lo costosa que había sido esta ruptura.

«una relación de tres años no es algo que se olvide fácilmente» dijo Akel en su última entrevista dada al equipo de RazeTV «Blake era alguien muy importante para mí, sin embargo… Nunca voy a poder volver a Blake a los ojos luego de verlo con esa chica; la manera en la que bailaban, la manera en la que la besa…»

Sin duda el cantante norteamericano no ha sabido medirse con este engaño a la pobre Akel. Incluso me atrevo a decir que este chico es algo tonto, y que no se merece el respeto de…

Cerré mi laptop negando con la cabeza. No le hice caso a la amenaza de Akel y ahora todos piensan que soy un maldito que tuvo el descaro de engañarla en su propia cara.

Yupi.

—Deberías hablar con ella, Blake — opinó Manson mientras apoyaba sus brazos en la barra de mi casa. Habíamos tenido que atrasar el tour debido a este «pequeño problema técnico» que Akel nos estaba causando.

— Yo digo que le mandemos un sicario — Andy, el baterista de mi banda y otro mejor amigo, se sentó de manera cómoda en el sillón junto a mi mientras se encogía de hombros — Un pequeño susto y una amenaza es todo lo que nos hace falta — dijo el rubio mientras sacaba su celular y ojeaba vagamente sus redes.

— ¿Y si solo desmiento lo que está diciendo y ya? — cuestioné mirando a mis amigos — No quiero cruzármela y definitivamente no voy a buscar a un sicario — respondí señalando a cada chico por su respectiva idea.

— Amigo, está tomando anti-depresivos — resaltó Manson antes de tomar una uva del tazón en la barra — No creo que todo sea… —.

— Error — canturreó Andy antes de mostrarnos los estados de WhatsApp de la chica — A menos de que los anti-depresivos sean entradas a bares y a fiestas junto a una hermosa foto la cual pone «F**k off Blake«, yo dudo bastante que tenga algún problema psiquiátrico — comentó irónico — Insisto en que la idea del sicario es la mejor —.

Pero, sin prestarle mucha atención, tomé mi celular y comencé a grabar un video para IGTV.

— Hey chicos, ¿qué tal? — comencé sonriendo de lado — Sé que muchos están confundidos y algunos están molesto por lo que está pasando con Akel, pero yo no la engañé — solté sin problema. Si algo podía agradecerle a mis seguidores es que todos eran tan flexibles y comprensivos que me permitían ser completamente transparente con ellos, sin importar de qué se tratara — No terminamos porque la engañaba; terminamos por el simple hecho de que teníamos demasiados roces y era imposible seguir así… Y no se preocupen, ella está bien; los medios mienten, Akel no consume antidepresivos — comenté tratando de calmar un poco la preocupación y la ansiedad que habían traído los mencionados medicamentos — Espero que me crean y que entiendan que no pasó nada malo. Nos vemos — y sin más corté el video y lo subí a mis redes.

— Insisto. El sicario — Manson y yo rodamos los ojos y Andy solo se encogió de hombros.

3 meses más tarde

—¡Un millón de gracias Milán! —.

Los gritos de las personas luego de finalizar el decimoquinto concierto de mi nueva gira no tardaron en hacerse presentes haciendo que Manson riera ante la sonrisa boba que se formaba en mi cara al ver mi sueño hecho realidad.

En definitiva esto si que es vida.

Luego de el desastre que había causado Akel y mi video montado en Instagram, el tiro de mi ex- novia salió por la culata y tuvo que, por sí sola, decir la verdad a los medios, desmontando el tema de la depresión y demostrando que no tenía nada… Solo resentimiento porque ya no le prestaba atención.

— Hey, Blake —.

Guardé mi guitarra en su debido estuche mientras las demás personas del staff se encargaban del resto para luego acercarme a Manson y a Andy alzando ambas cejas, a modo de decir que no sabía qué sucedía.

— Hay un bar a un par de cuadras de aquí y según lo que he escuchado es el paraíso en la tierra para pasar el rato luego de la adrenalina post-concierto — Andy juntó sus manos en forma de súplica y asentí riendo ante la descripción de la propuesta.

— No se escucha para nada como una mala idea — comenté con una sonrisa mientras miraba las notificaciones de mi celular y suspiraba con calma al no ver llamadas ni mensajes relacionados con Akel.

No recordaba que la libertad se sintiera tan bien.

— Los quiero a todos sobrios y en una sola pieza antes de las 4am en el hotel — Adam nos señaló a los tres y, en respuesta, todos alzamos nuestra mano derecha mientras coreábamos un «juramos» a forma de broma antes de caminar por las calles de Milán hacía el bar mencionado por Andy.

Entre tragos, bromas, bailes y un par de chicas coqueteándonos, pasamos el rato hasta que la hora a la que se suponía que debíamos estar en el hotel llegó; y mientras hablamos de todo y nada, Manson tuvo la valentía de preguntar — ¿Qué tal vas con lo de Akel? —

— Bastante bien… E inspirado — el rubio y el unicornio se miraron antes de alzar una ceja en mi dirección, yo solo me encogí de hombros — Camino a Atenas les cuento… —

2 meses después

« I ain’t missing you at all
I don’t need no medicine
I’m better than I’ve ever been
I’m better than
I ain’t missing you
I ain’t missing you at all
I ain’t missing you…»

— Y eso que sonaba era Medicine, el nuevo single del trío NewHopeClub, quienes tenemos justo aquí con nosotros en el estudio — la entrevistadora guiñó un ojo en nuestra dirección y, dependiendo de quién se tratase, cada uno respondió de vuelta con un gesto distinto. Andy hizo un símbolo de paz con los dedos, Manson hizo un corazón con sus manos a forma de broma y yo solo respondí con una sonrisa — Tengo entendido que esta canción fue escrita por Blake luego de terminar su relación de 3 años con la modelo Akel Pierce y salir de todo el revuelo que causó eso meses atrás… ¿Te gustaría contarnos tu experiencia y tu inspiración para esta canción? —

— Todo comenzó en los años 1500… — Andy se burló y nosotros solo reímos

— No creo que fue hace tanto tiempo — comencé mirando a Andy mientras alzaba ambas cejas y reía — Pero si se podría decir que tenía algo de tiempo teniendo roces con Akel y… —

Seguí la entrevista sin dar muchos detalles de mi relación con Akel, solo los necesarios para explicar la historia tras la canción.

¿Para qué fingir? Realmente no la extrañaba, pero en definitiva me había dado bastante de qué contar y hablar…

🎶🎶🎶

Inspirado en: Medicine, New Hope Club

Bloqueo

Bloqueo

«Con la música sonando a todo volumen a través de unos audífonos y los pulgares dando vueltas sobre el teclado, Van miraba fijamente la pantalla de su celular sin saber exactamente qué escribir.

Luego de 6 meses horribles en los cuales su vida se basaba en un retén de paredes beige, con 9 timbres diarios y 4 bloques de clases durante 5 días a la semana, la chica de cabello castaño por fin se hallaba de vacaciones y podía gastar su tiempo en algo que sí le favorecía y sí disfrutaba: escribir.

No, no estamos hablando de enviar mensajes. Estamos hablando de escribir historias que roben el aliento de quién lo lea, que intriguen, que mueva hasta la fibra más baja y sensible que alguna vez pudo existir sobre la tierra… Pero no podía hacerlo.

¿Por qué? Simple: falta de inspiración.

El haber pasado meses dentro de una escuela en la cual la imaginación, creatividad y las artes estaban vistas como el mismo demonio, habían apagado poco a poco su inspiración y sus ganas de dejar que sus dedos recorrieran el teclado y se encargaran de crear la mejor de las historias del mundo hasta el punto tal en el que un simple texto de un par de líneas se le hacía complejo.

¿Lo peor del caso? En época de clases cada dos por tres tenía una idea nueva de alguna historia o algún nuevo invento… Pero tristemente esas ideas llegaban en el peor momento.

No recordaba exactamente qué se le había ocurrido, pero durante una prueba de biología había pensando una increíble historia de ciencia ficción.
Durante una de sus largas y aburridas clases de educación física pensó en una novela de amor bastante linda.
Durante una clase tediosa de castellano…

Aquí hay que hacer una pausa: ¿clase de castellano tediosa? ¡Pero si te gusta escribir!

El hecho de disfrutar de lo bella que puede llegar a ser la literatura y el castellano, no significa que tu profesor tenga la misma versión sensible, mágica y sublime del idioma que tu; haciendo que esa clase se convierta en otro infierno de 90 minutos más.

Pero ese es tema va para otro día.

«I walk this empty street on the Boulevard of Broken Dreams where the city sleeps and I’m the only one, and I walk alone«.

Van cerró los ojos y trató de despejar su mente, buscando dentro de esas pequeñas lagunas que habían dentro de su mente alguna de las ideas que había tenido para plasmarlas en una hoja de notas y poder disfrutar de ella cuando quisiera.

Al no encontrar nada, respiró de manera profunda y cerró su laptop antes de recostarse en el respaldar de la silla de su escritorio mientras pensaba algo decente para transmitir.

Después de un tiempo, desistió de su idea y abrió nuevamente la laptop para que la música y la fantástica composición de Pink Floyd sonara con libertad por la habitación.

«All in all it’s just another brick in the wall«.

Detuvo en seco sus pasos hacia su repisa llena de libros de distintos autores y poetas al escuchar esa precisa frase. Y su mano soltó el libro de Cassandra Clare que estaba a punto de dejar en el estante mientras murmuraba a la nada la frase que le daría el pequeño empujón para pasar el resto de la tarde perdida entre letras y personajes literarios:

— Malditos bloqueos producidos por el sistema —» 

— Muy bonita la idea de libertinaje que se cruza por su cabeza, Roseville; pero me temo que esta hoja comenzará a formar parte de la basura y debe pasar por la oficina del director para hablar acerca de su constante falta de atención debido a «esta cosa» —.

La profesora terminó de leer en voz alta y luego arrugó la hoja en la cual Vanessa escribía de manera vaga para luego echarla en la basura mientras le ordenaba a los gritos a la chica que se largara de su aula de clases.

Conteniendo sus ganas de gritarle a la anciana que probablemente rozaba los 72 años, Vanessa recogió sus cosas y salió del aula de clases murmurando algunas frases como «solo buscan a otro ladrillo, no haces nada malo«…

— A ella según y que le gusta escribir. ¿Entonces por qué no toma apuntes en mis clases? —.

La risa sonora a las espaldas de la chica provenientes de sus «compañeros de clase» hicieron que se volteara, y clavando esos ojos oscuros como carbón en la profesora de idiomas se defendió con una simple frase:

— Escribo sobre temas que realmente me parezcan relevantes o interesantes… No lo que otra persona me imponga —.

Y sin más, se dio la media vuelta caminando de manera calmada hacia la dirección mientras subía sus audífonos a sus orejas y se dejaba llevar por las piezas de artes que Green Day y The Neighborhood le brindaban aquel día… A final de cuentas, no le preocupaba lo que el director, su supervisor o cualquiera de la cuerda de insensibles que se hacían llamar «maestros» dijera, sabía que algún día esos pequeños escritos dejarían de acabar en la basura o en una carpeta de registro por mal comportamiento y llegarían a millones de personas al rededor el mundo.

Vacaciones permanentes
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Vacaciones permanentes

Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad.

El diagnóstico fue claro y sin titubeos.

La madre de Caleb miró a su hijo, el cual golpeaba la esquina del escritorio del consultorio con un bolígrafo que había recibido como regalo al entrar a la clínica que cambiaría su vida por completo.

Con solo 6 años, Caleb era cuarenta veces más entrometido, curioso y eléctrico que cualquiera de su edad; a un punto tal en el que su madre consideró llevarlo a hacer un par de pruebas para ver qué ocurría con su pequeño.

Los adultos hablaban, pero a los oídos del rubio solo llegaban murmuros que se sentían altamente lejanos; produciendo que su mente empezara a vagar y sin notarlo golpeara de manera más rápida el escritorio, produciendo un sonido más constante y molesto.

— Caleb, cariño; dame el bolígrafo — la madre del niño respiraba profundo para no regañarlo, pero el trabajo se le estaba haciendo costoso. 

— Hey, campeón — el psico-pediatra llamó la atención del chico, quién dando algunos saltos se dirigió al hombre y trató de mantenerse quieto, pero mientras este hablaba, él movía sus manos y su cabeza de un lado a otro sin poder evitarlo — En la habitación de al lado hay algunos juguetes para que te entretengas mientras yo hablo con tu madre — comentó señalando la puerta a un lado del consultorio sin sentirse ni medianamente molesto o incomodado por la constante necesidad de moverse del pequeño.

Caleb miró a su madre mientras esta suspiraba y asentía con la cabeza antes de ver como su hijo salía disparado hacia la sala de juegos, dejando solo al doctor con su madre.

— Va a estar bien — animó el psicólogo mirando a la mujer con una sonrisa tranquilizadora, quien tenía una mueca formada en su rostro mientras miraba a la puerta por la cual su hijo acababa de salir…

10 años más tarde.

Dices que soy demasiado complicado… Torpe y maleducado.

— Levine… 3 — Caleb recibió su prueba de química y rodó los ojos mientras ojeaba levemente la prueba sin darle mucha importancia. La Señorita Brown, al notar el gesto del alumno alzó ambas cejas mientras se bajaba las gafas — No es mi culpa que no tengas los conocimientos básicos en química, ¿O si? — cuestionó cruzándose de brazos mientras miraba al muchacho.

Yo digo que del 9 al 5 está sobrevalorado y que todos caemos muy bajo.


— Nunca lo dije — expresó el muchacho de ojos miel mientras se encogía de hombros y jugaba con las esquinas de la prueba y la profesora acababa de entregar todas las pruebas restantes.

Luego de eso, la señorita Brown comenzó con su clase, haciendo que, como siempre, Caleb se distrajera y mirara al techo mientras su mente maquinaba gran cantidad de ideas y de imágenes a la vez; haciendo que el chillón y agudo tono de voz de la Señorita Brown pasara a solo ser otro murmullo dentro del montón.

— Levine, ¿Algo que comentar al respecto? —.

— ¿Ah? —.

Toda la clase comenzó a reírse al escuchar la respuesta del chico, pero a todas estas Caleb no tenía idea de qué acababa de ocurrir.

Como si el cielo estuviese de su lado, el timbre que daba por finalizado el día de clases sonó; haciendo que Caleb se levantara instantáneamente de su asiento y saliera disparado hacia la salida para dirigirse a su hogar.

Al llegar a casa soltó sus cosas en la entrada y luego de gritar un «¡Llegué!» lo suficientemente alto para que sus padres lo escucharan, subió a su habitación para cambiarse de ropa por algo más cómodo para hacer algo de deporte y así matar la energía y el tiempo en algo un poco más productivo.

— Alto ahí jovencito —.

Caleb detuvo su trote antes de llegar a la puerta y ver a su madre con su prueba de química en las manos, razón por la cual echó su celular y sus audífonos en su bolsillo para comenzar a hablar justo luego de hacer ese movimiento.

— Ma, sabes mejor que nadie que detesto química… Es más, ni siquiera la entiendo — comenzó el muchacho comenzando a sentirse incómodo por la mirada que la mujer brindaba a su hijo — Me aburre y me da sueño…

No puedo dormir porque mi mente sigue corriendo.

» Y me molesta demasiado que esté obligado a aprenderme todos las reacciones químicas cuando las dos neuronas que juegan poker en mi cerebro podrían entretenerse en algo mejor…


Mi pecho duele porque mi corazón sigue rompiéndose.

» Además, sabes que me produce ansiedad no poder moverme ni decir nada durante 90mins —.


Estoy tan adormecido que no puedo dejar de temblar y todos caemos demasiado bajo.


— Caleb… Cariño… — Jenna dejó de lado el trozo de papel y se acercó a su hijo dando un fuerte abrazo al muchacho — Sé que tu y las ciencias no se llevan bien, y sé que te cuesta… De verdad te entiendo — la mujer suspiró y reposó una de sus manos en la mejilla de su hijo — Pero no te gusta colaborar tampoco. No te gustan las terapias, te escapas de los tratamientos… Ni siquiera tomas tus medicinas —.


Frustración, desesperación. Dices que necesito algún tipo de medicación.

Situación: 0 motivación.

Caleb negó con la cabeza y se apartó de su madre — Las voces vienen de los altavoces, pero no puedes hacerme un creyente — el chico caminó con una extraña calma hasta la puerta, y antes de irse, se dio la vuelta y miró a su madre mientras pronunciaba una simple frase:

— Sé que soy solo otro número de un bajo rendimiento y que, a pesar de todo, estamos orgullosos —.


Y luego de eso, solo se fue a correr mientras trataba de despejar su mente… Pero sabía que no podía hacerlo.

Destino: Vacaciones Permanentes

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